No solo se aprenden contenidos en la escuela. Los alumnos pasan muchas horas dentro de las instituciones. Por eso, es clave que puedan incorporar tanto lo intelectual como lo emocional. Con ese objetivo Tucumán ya está poniendo todo a punto para incorporar en la currícula escolar la educación emocional.
Así lo informaron desde el Ministerio de Educación, donde ya están diseñando las diversas actividades apuntadas a cada uno de los niveles y modalidades para trabajar las emociones de los estudiantes. De esta forma, darán cumplimiento a una ley que la Legislatura aprobó a fines del año pasado.
“Según la ley promulgada en nuestra provincia en el 2023, la educación emocional es entendida como un proceso educativo continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de habilidades socioemocionales como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, como un proceso integral”, aclara la secretaria de Educación, Gabriela Gallardo.
Un derecho
La normativa sostiene que todas las niñas, los niños y los adolescentes tienen derecho a recibir educación emocional en los establecimientos públicos y privados, dependientes del Sistema Educativo Provincial.
- ¿Podría describirnos los efectos que tiene sobre los chicos este tipo de educación?
- La escuela es un espacio donde no sólo se aprenden conocimientos académicos sino también se desarrollan y fortalecen habilidades socioemocionales y valores. Uno de los objetivos que hoy tiene la escuela es preparar a nuestros estudiantes para ser ciudadanos que puedan adaptarse, ser proactivos y resilientes, facilitando interacciones sociales sanas y cooperativas, desde una mirada que pone en valor la convivencia y el sentido de comunidad educativa.
- ¿Cómo se va a implementar la ley?
- El gabinete pedagógico interdisciplinario y el servicio de asistencia social escolar conformaron una comisión interdisciplinaria de educación emocional, integrada por profesionales del campo del pedagogía, psicología, fonoaudiología y trabajo social, de los distintos circuitos territoriales de la provincia. Una de las primeras acciones que desarrollaron fue focalizar en el estudio y análisis de los marcos legales actuales. Además, han producido material teórico sobre el abordaje de la educación emocional en el sistema educativo provincial, desde una perspectiva de cuidado de las trayectorias educativas. Por otro lado, los equipos se están capacitando, teniendo en cuenta el contexto socio educativo y las característica de la cultura institucional de las escuelas. Pretendemos avanzar en la producción académica y científica sobre el abordaje de la educación emocional y brindar capacitación sistemática a los equipos de orientación escolar e interdisciplinaria de educación, priorizando el trabajo con las escuelas como protagonistas.
- ¿Va a ser en todas las escuelas o se tomará una prueba piloto?
- Actualmente se está trabajando, desde los equipos de orientación escolar, en incorporar en la currícula educativa los contenidos de educación emocional como eje transversal de los demás contenidos académicos. La idea es abarcar a las escuelas de toda la provincia con propuestas curriculares que promuevan el trabajo en equipo, el aprendizaje autónomo y con otros, donde la motivación, el desarrollo de habilidades sociales, intelectuales y emocionales sean las prioridades para todos nuestros estudiantes.
El nuevo desafío
¿Por qué la educación emocional es el nuevo desafío de las escuelas? Conversamos con dos psicopedagogas sobre el tema.
Natalia Jiménez Terán, especialista en Neurociencias, sostiene que es una estrategia educativa fundamental y muy importante de promoción de la salud. Tiene dos objetivos, según define: mejora la calidad de vida de las personas y contribuye al abordaje de algunas conductas sintomáticas mediante un propósito de vida.
“Vemos, tanto en niños y adolescentes como en adultos, más conductas relacionadas a la violencia, el bullying y la depresión. Esto deja en claro que hace falta cada vez más adquirir competencias emocionales y sociales para responder a estas realidades”, describe.
Lo ideal sería, según la psicopedagoga, que mediante la enseñanza formal se puedan desarrollar en un espacio curricular las habilidades emocionales para proporcionar herramientas, no solamente en los alumnos sino también en los docentes.
“La educación emocional en el ámbito educativo nos ayuda principalmente a identificar y a gestionar nuestras propias emociones y las de los demás, posibilitando poder relacionarnos y vincularnos de una forma más adecuada y saludable. Y así poder enfrentar algunas situaciones de violencia, por ejemplo, sin tener que responder con más agresividad. En el aula es la base para un mejor aprendizaje y desarrollo personal del alumno, así como una mejor relación y conocimiento también del docente, sostiene.
¿Cuál es la finalidad? “Potenciar la esfera afectiva junto con habilidades cognitivas para promover un desarrollo mucho más integral de la persona. Es importante porque entrega herramientas para que haya una mejor gestión emocional en todas las etapas de la vida. Promueve, además, el desarrollo de habilidades sociales que son esenciales para el éxito. El estudiante que es capaz de expresar sus emociones, que las puede gestionar, tiene una mejor capacidad para dirigir, para resolver un conflicto que se puede presentar en el aula, en la escuela o en cualquier ámbito social”, pondera.
El estreno de “Intensa-Mente”: cómo un filme se convirtió en aliado de la educación emocionalPara trabajar con educación emocional en las escuelas, según la experta, hay que tener en cuenta el contexto. “Se la tiene que enseñar como un proceso; hay que poner sobre la mesa los sentimientos para poder gestionarlos. Si son malos, expresarlos para poder enfrentarlos y transformarlos en algo positivo. También se debe trabajar esto con los papás, con toda la familia”, concluye.
Chau castigo, hola reflexión
Según la psicopedagoga Mariana Dato, trabajar las emociones en el ámbito escolar resulta un desafío ineludible en los tiempos actuales, donde las redes sociales, los grupos de pares y las tantas horas que se transcurren en la escuela adquieren un peso importantísimo en la formación de la subjetividad de las infancias y adolescencias
“No olvidemos que las escuelas son instituciones de existencia; acá se forman personas. Y en este contexto la educación emocional como contenido transversal y actitudinal adquiere una relevancia irremplazable. Es dar a niños niñas y adolescentes herramientas que les permita el autoconocimiento, el reconocimiento de lo que les hace sentir bien y lo que no”, analiza.
Aprender a identificar las emociones implica generar en el espacio escolar, un momento de reflexión programado o espontáneo frente a un problema o conflicto que se suscita, señala. “Esto va a permitir estimular la madurez y el autoconocimiento provocando como efecto un bienestar personal que, sin dudas, va a impactar a nivel grupo y a nivel comunidad”, apunta.
“Es otro paradigma en cuando a la disciplina escolar que se aleja del castigo y las amonestaciones reemplazándolas por la reflexión guiada. También puede implicar que, para reparar un malestar que yo un alumno provocó, pueda expresar y poner en el plano del lenguaje por qué lo hizo y acordar una estrategia reparadora con el grupo”, sugiere.
Dato está convencida de que las emociones no deben silenciarse porque lo que no se habla se actúa. Por ello es importante trabajar en su reconocimiento. Luego, es el momento de identificar qué causó tal emoción. Incluso si es una que incomoda, es importante no tratar de suprimirla, remarca. “Las emociones se pueden reemplazar unas por otras (lo que de ningún modo implica suprimirlas). Esto requiere, por ejemplo, que si estamos tristes, hagamos algo que nos genere alegría”, ejemplifica. “Cantar una canción, dibujar, escuchar un cuento, respirar con técnicas yoga; son estrategias que cambian la conversación para sentirse mejor”, resume.
Finalmente, trae a colación la popular película infantil “Intensamente” para hacer una propuesta gráfica de cómo se puede dirigir un espacio en el cual se reflexione sobre las emociones: el elogio por parte de un adulto significativo ( quien está a cargo de la crianza o en el caso de la escuela, un docente) ayuda a que “Alegría” retome el protagonismo, “Furia” se vaya a un rincón del cerebro, la “Envidia” desaparezca como con una varita mágica, “Tristeza” se encoja y “Ansiedad” se vuelva pequeñita.